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EL QUILOTOA DE FIN DE SEMANA Y RUNNING

La otra forma de disfrutar, y que no es tan común, pero para mí es la mejor, es recorrer el sendero de la montaña que le bordea. Una de mis aficiones  es el running y correr  los 10 kilómetros por el Quilotoa es espectacular. La información de alojamiento se lo puede realizar con el Centro de Turismo Comunitario: info@turismocomunitariocotopaxi.com.ec o ctcquilotoa@hotmail.com

Fotografía: Gianna Benalcázar
Fotografía: Juan Pablo Verdesoto

La Laguna del Quilotoa está  ubicada en la provincia de Cotopaxi, a  3.518 metros sobre el nivel del mar, a unas 3 horas de Quito. Es el tercer volcán activo de Ecuador y uno de los lugares más bellos de mundo, y no lo digo por ser ecuatoriana, hay cosas que no se pueden negar.

Algo de historia de este bello lugar no queda mal:  en su cráter se formó  una caldera con un diámetro de unos 10 km, hace 800 años, producto del colapso del volcán y posterior erupción.  Su profundiadad es de 250 metros y los minerales que allí se encuentra le han transformado en una  laguna verde esmeralda aunque, dependiendo de la luz solar, se la puede ver de color turquesa. Sí,  tiene fumarolas,  se encuentran  al fondo de la laguna.

Fotografía: Juan Pablo Verdesoto
Fotografía: Juan Pablo Verdesoto

El Tour:

Habitualmente es observar la laguna desde el mirador y después bajar a la playa para ver de cerca esa agua tan cautivadora. Se llega por un camino de unos 500 metros desde cualquier ángulo. La laguna es hermosa, imponente, da ganas de sacarse una fotografía a cada paso. La bajada es fácil, no la subida, obviamente, y  aunque hay el servicio de caballos y mulas para  quienes no ‘dan’, considero que no es justo para los animalitos; la subida es dura y ellos también se cansan, encima cargando el peso de un ser humano. Recomiendo que si bajan, suban por sus propios medios.

En la parte baja de la laguna hay la posibilidad navegar (kayaks y botes están disponibles) en sus aguas calmadas, quedarse ahí o recorrer la zona, que no es muy grande, Sentarse, ver, respirar esa buena vibra… simplemente disfrutar del paisaje. Es permitido acampar en las noches también.

La otra forma de disfrutar, y que no es tan común, pero para mí es la mejor, es recorrer el sendero de la montaña que le bordea. Una de mis aficiones  es el running y correr  los 10 kilómetros por el Quilotoa es espectacular. No encuentro otra palabra para describir las sensaciones que se producen.

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Se siente otro aire, otra energía, paz, fuerza. Sí, la palabra puede ser afortunado, porque uno se siente así al poder ver tanta maravilla junta. Tuve la oportunidad  de hacer esa carrera y el trayecto incluía llegar al pico más alto, es decir  a 3.930 metros sobre el nivel del mar, al Monte Juyende. Desde allí se ve la laguna gigante, mágica, hasta da ganas de lanzarse a sus aguas para disfrutarla en su totalidad.

Fotografía: Gianna Benalcázar
Fotografía: Gianna Benalcázar

Lo mejor de todo es que esto no solo se puede hacer corriendo, se puede caminar, es un sendero bien hecho y la caminata tomaría unas 4 o 5 horas. Es necesario tener un buen estado físico, y buenos zapatos,  zapatos de trail, porque es montaña y se necesita facilidad para subir entre tierra, piedras y ramas. Los zapatos adecuados pueden salvar de caídas.

Hay lugares o cabañas comunitarias donde hospedarse, muy bonitos, estilo rústico, y no son caros. Asusta un poco el silbido del viento en la madrugada.  ¡Ah! Por cierto a cualquier hora es frío, pero nada que una buena chompa no lo solucione.

Fotografía: Gianna Benalcázar
Fotografía: Juan Pablo Verdesoto
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