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JESSICA JARAMILLO: UNA MUJER QUE APRENDIÓ A SOBREVIVIR

Jessica Jaramillo

Está sentada  en el mismo lugar donde hace un año y dos meses abrió su corazón para contar su verdad más dolorosa: fue violada por dos hombres frente a un compañero de trabajo. Este hecho de violencia sexual ocurrió  el 8 de enero de 2015 en la provincia de Esmeraldas.  Ahora,  sus ojos brillan no por las  lágrimas  del ayer, sino de felicidad. Acaricia su pancita de 7 meses de embarazo y nuevamente abre su corazón.

Jessica Jaramillo

Jessica Jaramillo,  luego de ser violada de una forma vaginal y anal, además de ser obligada a que les practique  sexo oral a sus agresores, entró en la lista de las estadísticas  más atroces en Ecuador: una de cada cuatro mujeres sufre de violencia sexual. Aquí puedes leer la historia de violencia que vivió Jessica Jaramillo.

El septiembre de 2017, ella,  que como abogada  siempre ha sido activista por los derechos de las mujeres,  dio a conocer, a través de su caso,  los incumplimientos de las autoridades a la hora de implementar los protocolos de salud en casos de agresión y violencia sexual.  Ella palpó en carne propia una serie de irregularidades cuando tuvo que enfrentarse al examen médico legal y en general a todo el proceso que conlleva este tipo de denuncias.

La falta de celeridad en su caso la llevaron a exponerlo ante la CIDH, pues ya había pasado un  1 año 9 meses de su violación  y las autoridades ecuatorianas no le daban una sola respuesta. Su caso influyó para que la ONU hiciera 3 recomendaciones al estado ecuatoriano: despenalizar el aborto en casos de violación, mayor control en centros educativos para evitar el abuso y la violencia sexual (esta observación específica por el caso en el que estuvo implicado el padres de Jorge Glas Espinel)  y que el Estado  haga una intervención integral y seguimiento en los casos de violación.

Sin embargo, nada de esto ha pasado. Nada ha cambiado en el sistema ecuatoriano, en la resolución de su caso, quienes fueron sus agresores siguen libres, quién sabe si haciendo lo mismo a otras mujeres. Pero Jessica no se quedó con los brazos cruzados, tras hacer pública su verdad, hace 425 días, decidió luchar.  El 28 de diciembre de 2016 puso una demanda en contra del Estado ante la CIDH por falta de acceso a la justicia. Deberá esperar 7 años para  la sentencia, pero  asegura  que el tiempo es lo de menos, pues  valdrá la pena porque si hay una resolución favorable, el Estado ecuatoriano tiene la obligación de acatar, lo cual sin dura representará un avance en la Justicia  que beneficiará  a todos los ciudadanos.

Fue candidata  para asambleísta en el sur de Quito por el partido Avanza. Obviamente centró  su campaña en la no violencia contra la mujer,  y aunque no ganó se siente satisfecha. Obtuvo más de 70.000 votos, pero más que eso está segura que logró llegar a la conciencia de hombres y mujeres en los temas de género.

Instituyó la Fundación Jessica Jaramillo, que ayuda a las mujeres que sufren de maltrato y violencia, ella misma se hace cargo de cada caso.  “No son gratuitos los procesos porque no contamos todavía con los fondos suficientes, pero los costos son mínimos”, dice Jessica, quien añade que desde que la Fundación empezó a funcionar, en abril pasado, se han atendido 80 casos, la mayoría son demandas de pensiones alimenticias, pero  también de maltrato intrafamiliar, psicológico y tenencia de menores.

Las cifras aún sorprenden. En Ecuador la violencia de género más recurrente es la  psicológica que afecta al 53,9% de las mujeres. El 47,1% de las mujeres solteras, el 61,5% de casadas, el 64% de las viudas, el 62,5% de las que viven en unión libre,  el 78% de separadas y el 85,4% de separadas ha sufrido algún tipo de violencia, según la Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres.

Jessica cuenta que los casos  más rápidos de resolver  son los de violencia intrafamiliar, los otros , dependiendo de los agravantes, toman su tiempo. A esto se suma la lentitud con la que son llevados los procesos. Asegura que no es justo que un examen médico legal tome 6 horas. Que es necesario más fiscales especialistas en estos temas,  y por ende más unidades de género para que los casos sean atendidos con mayor celeridad.

El  Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece penas determinadas por violencia intrafamiliar que  dependen del tipo de lesiones: si  son consideradas contravenciones  van desde los 30 días  hasta los 60 días de prisión,  si existen lesiones de más de 3 días y, según su gravedad, van desde  6 meses  hasta un año,  si el daño es psicológico van de  1 a 3 años, si se trata de violencia sexual van  de 3 a 5 años. Por violación van desde los  19 hasta los 22 años y en caso de femicidio van de 22 a 26 años de cárcel.

Uno de los casos más complicados que Jessica tiene en sus manos es  el de una argentina que llegó a Ecuador. Para hospedarse hizo un convenio a través de Internet en una de esas páginas que le ofrecen un cuarto a cambio de que ella haga lo mismo cuando esa persona visite su país. Fue violada por el dueño de la casa. El caso se ha complicado, comenta Jessica , pues la muchacha ya regresó a Argentina  y eso ha dificultado el proceso.

Como una actividad complementaria la Fundación de Jessica ha implementado el Café Terapia. Tiene un costo de tres dólares  y es un espacio para que las mujeres cuenten sus experencias e incluso reciban ayuda piscológica. Esto es posible gracias a un acuerdo que se tiene con  estudiantes de Psicología de la Universidad Central.

Jessica mientras emprendía en cada uno de estos proyectos se enamoró  de Walter Pérez, también abogado. Ahora esperan una niña que nacerá  aproximadamente a finales de diciembre. Ella está feliz, está consciente que su ritmo de vida, especialmente el político, deberá ser más pausado. Su pareja se hará cargo de los casos de la Fundación y ella se dedicará al cuidado de su pequeña Amelie. Está asustada, considera que tener una hija mujer es un doble compromiso  “Quiero protegerla y educarla para que sea una mujer libre, pero también darle todas las herramientas para que sobreviva, porque como va el mundo una mujer tiene que aprender a sobrevivir ”.

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