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LA SANIDAD PÚBLICA Y UNIVERSAL

La creación de un sistema universal de salud o de sanidad pública debería generar miles de puestos de trabajo de forma directa e indirecta. La calidad de la asistencia será buena siempre y cuando se mantenga un número de profesionales sanitarios adecuado a la complejidad de la/las patología/s del paciente. Al mismo tiempo hay que garantizar la formación de estos profesionales y proveer de recursos racionales para el tratamiento de los pacientes; porque la profesionalidad, la dignidad, el respeto, la ética, la justicia, el sentido común, la empatía y la equidad son valores que ya van de serie en estos profesionales.

La creación de un sistema universal de salud o de sanidad pública debería generar miles de puestos de trabajo de forma directa e indirecta.
La creación de un sistema universal de salud o de sanidad pública debería generar miles de puestos de trabajo de forma directa e indirecta. Patricio Realpe/ChakanaNews
Los de la "Marea Blanca" realizaron una serie de protestas a favor de la Sanidad Pública Española durante el gobierno de derecha de Mariano Rajoy.
Los de la «Marea Blanca» realizaron una serie de protestas a favor de la Sanidad Pública Española durante el gobierno de derecha de Mariano Rajoy. Patricio Realpe/ChakanaNews)

Joaquín Casado Pardo: Médico de Familia y Comunitaria del Centro de Salud Alicante. Fuenlabrada (Madrid)

  • No se nos puede olvidar que todos somos pacientes potenciales o familiares de pacientes
  • La inversión en prevención y atención primaria ahorra millones de euros todos los días.

No hay lugar a dudas que un buen sistema sanitario influye tanto en la asistencia  sanitaria como en la calidad de misma, y que, cada uno, en sus momentos de enfermedad acude a lo que cree que va a ser mejor para su caso: o a  la sanidad privada, previo pago para la toma de decisiones; o a la sanidad pública que suele anteponer la salud de las personas a la rentabilidad económica.

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Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) un sistema sanitario es un «conjunto complejo de elementos interrelacionados que contribuyen a la salud en los hogares, lugares de trabajo, los lugares públicos y las comunidades, así como en el medio ambiente físico y psicosocial, y en el sector de la salud y otros sectores afines». Los principios que deben regir en cualquier sistema sanitario serían:

  1. Universalidad, la cobertura total de la población sin ninguna distinción por sexo, raza, etnia, religión, situación civil, poder adquisitivo, etc.
  2. Atención integrada, un conjunto amplio de atenciones  a la población, entre las que se encuentran:
    1. La promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.
    1. El diagnóstico, el tratamiento y/o la rehabilitación de enfermedades.
    1. El pronóstico y la continuidad de cuidados.
  3. Equidad, igualdad en la distribución de los recursos.
  4. Eficiencia, mejores prestaciones y mejor nivel de salud al menor coste.
  5. Funcionalidad, poder asistir ágilmente a las nuevas necesidades.
  6. Participación comunitaria, donde de la población colabora en la planificación y gestión del sistema sanitario.
  7. Intersectorialidad, coordinando diversos sectores o zonas y las instituciones asociadas.
Durante la pandemia del COVID-19, los trabajadores de los hospitales públicos españoles mostraron la importancia de una Sanidad Pública, Universal y de Calidad.
Durante la pandemia del COVID-19, los trabajadores de los hospitales públicos españoles mostraron la importancia de una Sanidad Pública, Universal y de Calidad. Patricio Realpe/ChakanaNews
En América Latina el sistema de salud se privatizó desde la era de las dictaduras militares. Ecuador es un país que resistió a las privatizaciones al ganar los movimientos sindicales y sociales la consulta popular de 1995, pero el actual gobierno de Lenín Moreno, acusado de corrupción y con problemas con funcionarios o militares ligados al narcotráfico quieren privatizar el Instituto de Seguridad Social IESS y el sistema de Salud Ecuatoriano.
En América Latina el sistema de salud se privatizó desde la era de las dictaduras militares. Ecuador es un país que resistió a las privatizaciones al ganar los movimientos sindicales y sociales la consulta popular de 1995, pero el actual gobierno de Lenín Moreno, acusado de corrupción y con problemas con funcionarios o militares ligados al narcotráfico quieren privatizar el Instituto de Seguridad Social IESS y el sistema de Salud Ecuatoriano. STR/ChakanaNews)

A través de todos estos principios un sistema sanitario público garantiza el acceso a toda la población a prestaciones sanitarias de calidad según sus necesidades, sin ningún tipo de barrera económica.

Por tanto, la sanidad pública es un servicio fundamental de todo país, una serie de políticas orientadas a la salud, diseñadas por organismos competentes e implementadas bajo una buena gestión y coordinación de un ministerio de salud.

Éxitos de un sistema sanitario público

Estas políticas de salud han conseguido, entre otros éxitos:

  • Mejorar las condiciones de medio ambiente de aquellas actividades laborales que tenían un impacto más negativo en la salud de los trabajadores.
  • Promover hábitos saludables de vida como una buena alimentación, ejercicio físico, higiene personal y actividades de ocio.
  • Disminuir la incidencia de enfermedades infecciosas transmitidas por vectores mediante medidas de prevención como la eliminación de los reservorios o el uso de sistemas de fumigación.
  • Controlar la aparición de brotes de enfermedades transmisibles para evitar epidemias.
  • Disminuir el número de casos de enfermedades infecciosas, algunas veces erradicar (como en el caso de la viruela), a través de la puesta en marcha de calendarios de vacunación financiados por el estado, tanto en el periodo infantil como en el adulto.
  • Reducir la mortalidad debida a enfermedades oncológicas como, por ejemplo, el cáncer de pulmón a través de la implantación de programas de concienciación sobre los riesgos del tabaco.
  • Disminuir la mortalidad por enfermedades cardiovasculares a través de la prevención de factores de riesgo cardiovascular.

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De estas políticas de salud surgen planes y programas de salud destinados a la consecución de actividades con un alto impacto en la calidad de vida y en la salud de las personas. La importancia de estos planes y programas de salud radica en la integración de todos los sectores de la población, principalmente los más susceptibles a padecer enfermedades: niños y ancianos; población más necesitada; población minoritaria y grupos especiales. Ejemplos de estos programas de salud llevados a cabo son:

  • Prevención de enfermedades transmisibles.
  • Educación sexual.
  • Planificación familiar.
  • Control prenatal.
  • Control del niño sano.
  • Enfermedades no transmisibles.
  • Control del riesgo cardiovascular.
  • Control del paciente crónico.
  • Atención Domiciliaria.
  • Control del adulto sano.
  • Salud Mental.
  • Salud Ocupacional.
  • Epidemiología
Ecuador es uno de los países que el COVID-19 ha provocado miles de muertes debido al desmantelamiento del sistema de Sanidad Pública por parte de los diferentes gobiernos en especial los de la línea Neoliberal y del Socialismo del Siglo XXI.
Ecuador es uno de los países que el COVID-19 ha provocado miles de muertes debido al desmantelamiento del sistema de Sanidad Pública por parte de los diferentes gobiernos en especial los de la línea Neoliberal y del Socialismo del Siglo XXI. STR/ChakanaNews
Es necesario crear una sanidad pública donde tienes asegurado el mejor tratamiento disponible sea cual sea tu nivel socioeconómico.
Es necesario crear una sanidad pública donde tienes asegurado el mejor tratamiento disponible sea cual sea tu nivel socioeconómico. Patricio Realpe/ChakanaNews

¿Qué sistema sanitario queremos como sociedad?

No se nos puede olvidar que todos somos pacientes potenciales o familiares de pacientes, por tanto, ¿qué sistema sanitario queremos como ciudadanos o como sociedad?, ¿y qué sistema queremos como pacientes?

Como sociedad, ¿queremos sistemas sanitarios como los de países como Estados Unidos? Sistemas sanitarios donde sino tienes un seguro médico te ves abocado a la bancarrota si padeces una enfermedad grave o crónica. ¿O sistemas de salud como el de España? Una sanidad pública donde tienes asegurado el mejor tratamiento disponible sea cual sea tu nivel socioeconómico.

Y como paciente, ¿prefieres que te intervengan quirúrgicamente de procesos banales de forma inmediata a mantener la seguridad de que ante una enfermedad verdaderamente grave el sistema sanitario responda con el mejor tratamiento disponible conforme a la mejor evidencia científica? Esto es lo que suele ocurrir cuando tendemos a subscribir seguros de salud para evitar las incómodas listas de espera para la realización de pruebas complementarias o intervenciones quirúrgicas, y no exigimos que mejoren las condiciones de la sanidad pública.

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Pero el enfrentamiento entre qué tipo de sanidad es mejor: pública o privada, ya viene de lejos. Hace unos años Rafael Bengoa Rentería, ex consejero vasco de sanidad y ex asesor del presidente Obama en la reforma sanitaria de EEUU que hubo durante su mandato; ya comentaba que “la sanidad pública estimulaba la economía”:

  • La creación de un sistema de salud universal como el de España ha aportado bastante más a la economía que lo que ha costado, por tanto, es contradictorio no proteger dicho sistema.
  • En un estudio de Bloom and Canning se indicaba que la buena salud de la población inyecta al crecimiento económico del 0,3% al 0,5% anualmente. A lo largo de los últimos años, ¿quién ha aportado más a la economía, los bancos o la sanidad pública? Por tanto, si se invierte en salud la gente es más productiva… ¿no deberían ser los empresarios los primeros en defender la sanidad pública?
  • La creación de un sistema universal de salud debería generar miles de puestos de trabajo de forma directa e indirecta. La calidad de la asistencia será buena siempre y cuando se mantenga un número de profesionales sanitarios adecuado a la complejidad de la/las patología/s del paciente. Al mismo tiempo hay que garantizar la formación de estos profesionales y proveer de recursos racionales para el tratamiento de los pacientes; porque la profesionalidad, la dignidad, el respeto, la ética, la justicia, el sentido común, la empatía y la equidad son valores que ya van de serie en estos profesionales.
  • La inversión en Atención Primaria en España ahorra millones de euros todos los días, al atender a gente que en otros países aparece en la parte más cara del sistema de salud: las urgencias.
La efectividad del sistema sanitario público español se ha mantenido en niveles aceptables gracias al sobreesfuerzo ejercido por los profesionales sanitarios, aún encontrándose amenazado por los recortes económicos
La efectividad del sistema sanitario público español se ha mantenido en niveles aceptables gracias al sobreesfuerzo ejercido por los profesionales sanitarios, aún encontrándose amenazado por los recortes económicos. Luis Salgado/ChakanaNews
España destaca por ser el país europeo con mayor esperanza de vida, aunque este dato no es homogéneo en todas sus comunidades autónomas.
España destaca por ser el país europeo con mayor esperanza de vida, aunque este dato no es homogéneo en todas sus comunidades autónomas. Patricio Realpe/ChakanaNews

Sanidad pública como motor económico

La sanidad pública debe ser un motor económico en España. Es necesario empezar a razonar en términos de inversión y no de contención del gasto. La clave para Bengoa no es gastar menos, sino mejor.

En los últimos años, la efectividad del sistema sanitario público español se ha mantenido en niveles aceptables gracias al sobreesfuerzo ejercido por los profesionales sanitarios, aún encontrándose amenazado por los recortes económicos, la saturación de servicios y los procesos de privatización que afectan a determinados colectivos y regiones, que suponen puertas giratorias para los políticos pero también una intensa movilización a favor de la sanidad pública.

El estado de salud de la población española en las tres últimas décadas presenta tendencias positivas, como la elevación de la esperanza de vida o la percepción subjetiva de buena salud. A estas se le suma la baja tasa de años perdidos por discapacidad. Pero también hallamos otras tendencias más negativas asociadas: la ganancia en años de vida está acompañada por mayor morbilidad y enfermedades crónicas, y los cambios en el régimen alimentario y el sedentarismo dan lugar a un aumento de la obesidad. Además, la baja tasa de natalidad amenaza, a falta de un flujo de inmigración consistente, con una aceleración del envejecimiento y de la morbilidad de la población.

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España destaca por ser el país europeo con mayor esperanza de vida, aunque este dato no es homogéneo en todas sus comunidades autónomas. También es el país donde la población presenta mayores tasas de percepción positiva de la propia salud, aunque los indicadores de morbilidad han empeorado en las dos últimas décadas y los recursos sanitarios presentan altibajos desde 2011 debido a los recortes de personal sanitario; las largas e intolerables listas de espera a la hora de acceder a los servicios sanitarios: consultas, pruebas diagnósticas, intervenciones quirúrgicas; la masificación de determinados servicios médicos como, por ejemplo, los servicios de urgencias debido a la disminución de camas hospitalarias; las altas demoras de una Atención Primaria claramente deteriorada de manera intencionada; la desigualdad territorial y la creciente privatización a la que hemos hecho referencia arriba y que se encuentra muy por encima de la media europea.

Todo esos recortes de los recursos sanitarios, que ya veníamos arrastrando en años previos, se han hecho aún más relevante con la actual crisis pandémica del SARS-CoV-2, que ha dado lugar a la saturación de la mayoría de los hospitales y un elevado porcentaje de profesionales sanitarios contagiados de Covid-19 por tener que enfrentarse a cientos de casos cada día sin los equipamientos de protección individual adecuados ni los recursos necesarios.

El sistema público de salud ya peligra

La denominada “joya de la corona”, como muchos llaman al sistema público de salud, no es que empiece a peligrar, sino que ya peligra.

Esta pandemia ha sacado a relucir que España no tiene la la mejor sanidad del mundo, ni siquiera de Europa y que, dentro del mismo país, existe una distribución de dicha sanidad muy desigual entre las diferentes comunidades. De lo que podemos presumir es de la eficiencia y la abnegación de nuestros profesionales sanitarios, quienes dan una alta calidad asistencial costando poco, de hecho, ganan menos que sus homólogos europeos.

Posiblemente el primer paso ver que falla en nuestro sistema sanitario público y mejorarlo sea dejar de mirarnos al ombligo y repetir que tenemos la mejor sanidad del mundo.

La denominada “joya de la corona”, como muchos llaman al sistema público de salud, no es que empiece a peligrar, sino que ya peligra.
La denominada “joya de la corona”, como muchos llaman al sistema público de salud, no es que empiece a peligrar, sino que ya peligra. Franklin Jácome/Agencia Press South/ChakanaNews)
No se puede seguir permitiendo más recortes y privatizaciones porque empobrecen la calidad del sistema sanitario público. La protección de la salud es un derecho fundamental,
No se puede seguir permitiendo más recortes y privatizaciones porque empobrecen la calidad del sistema sanitario público. La protección de la salud es un derecho fundamental, Franklin Jácome/Agencia Press South/ChakanaNews

Los barómetros anuales de la atención sanitaria muestran que alrededor de dos tercios de la población española opinan que el sistema público de salud funciona “bastante bien” o “bien, aunque son necesarios algunos cambios” – esta opinión oscila debido a los recortes sanitarios de unos años a otros -. Mientras que la opinión negativa del tercio de población restante no es contra la sanidad pública, sino porque ésta “necesita cambios fundamentales, aunque algunas cosas funcionen” o “está tan mal que habría que rehacerlo completamente”.

Es indudable que, entre otras circunstancias, por las expuestas anteriormente, nuestro sistema de sanidad pública tiene cosas que corregir y que mejorar, pero no a cambio de su destrucción.

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Tal y como está escrito en la Constitución Española la salud no es un derecho en sí pero la población sí tiene derecho tanto a la protección y la promoción de su salud como a la prevención y la atención clínica de sus enfermedades

La opinión de los usuarios de este sistema sanitario, beneficiarios de su actividad; y la de los profesionales sanitarios como colectivo que conoce su complejidad, interesados en desarrollar una buena práctica profesional, sin estar mediatizada por criterios empresariales o economicistas y administradores del 95% de los recursos sanitarios; junto a la opinión de los gestores sanitarios y los políticos, debería servir para consensuar los intereses, conocimientos y experiencia para aplicar, administrar y mantener la calidad de la asistencia y los recursos materiales y humanos de nuestra sanidad pública.

No se puede seguir permitiendo más recortes y privatizaciones porque empobrecen la calidad del sistema sanitario público. La protección de la salud es un derecho fundamental, es urgente fortalecerla con mayor presupuesto nacional y autonómico.

Todos los organismos internacionales (ONU, OMS, etc.) defienden la importancia de potentes sistemas sanitarios públicos como garantía de la convivencia, de la salud, la sostenibilidad y el desarrollo social y económico.

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