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EVO MORALES: CÓMO FUE LA CAÍDA

Él lanzó una gran ofensiva y le dio 48 horas de plazo para que Evo Morales renuncie, caso contrario, tomaría medidas drásticas.

Evo Morales durante uno de sus discurso en la era de presidente de Bolivia:
Evo Morales durante uno de sus discurso en la era de presidente de Bolivia: Fotografía: Presidencia de Bolivia

Atawallpa Oviedo Frei

Llegué a La Paz dos días después de las elecciones del 20 de octubre y se señalaba que Evo había ganado por poco margen las elecciones, al haber sacado más del 10% a su inmediato seguidor Carlos Mesa. Pero la oposición decía que hubo fraude y no reconocía los resultados, por lo que exigían una segunda vuelta electoral entre Evo Morales y Mesa.

La oposición a Evo Morales es de lo más variada, desde la extrema derecha con los más ricos de Bolivia, los sectores medios que proporcionalmente son la mayoría, hasta los más radicales: ciertos grupos de izquierda, ciertos sindicatos, algunas organizaciones sociales, los nacionalistas indígenas, y una serie de grupos que consideran que Evo les traicionó y a quién también le califican de derecha.

Evidentemente, estos últimos grupos radicales también están en contra de Mesa y de toda la derecha. Pero irónicamente, serán parte de los artífices principales para la caída de Evo Morales, y que de todo ello sacará ventaja la derecha.

El rol de la derecha

Por varios días solo se hablaba del fraude y se reclamaba segunda vuelta, otros la anulación de elecciones, y algunos la renuncia de Evo. Habían ciertos bloqueos en ciertos lugares, y la vida cotidiana se desenvolvía con cierta irregularidad, y parecía que con el transcurrir del tiempo se quedaría ahí. Es decir, Evo aspiraba que pasen los días y que la gente se vaya cansando poco a poco.

Obviamente, la derecha no se quedó cruzada de brazos, y siguió moviendo todos los hilos posibles. Pero también la presencia de los sectores medios, en particular de los jóvenes universitarios de tendencia de izquierda, especialmente de la UMSA, que siguieron con sus acciones en contra de Evo. Se comenzaron a formar grupos “cívicos” para organizar a la población para que continúen con los reclamos.

Luis Fernando Camacho y el discurso evangélico

De estos grupos cívicos tomó relevancia el de Santa Cruz, a cuya cabeza estaba un joven empresario de nombre Luis Fernando Camacho, miembro de las iglesias evangélicas, que siempre mete a Dios en sus discursos y anda con la Biblia en mano. Él lanzó una gran ofensiva y le dio 48 horas de plazo para que Evo renuncie. Caso contrario, tomaría medidas drásticas.

Todos estuvimos expectantes, pues Evo no renunció, y llegado el plazo dado Camacho anunció el cierre de fronteras para que Evo se quedé sin recursos para sostener el Estado. En los aeropuertos de La Paz y de Santa Cruz hubo ciertos intentos de paralización, pero la gente del gobierno lo impidió.

Como no dio resultado esta medida, Camacho señaló que se dirigía hacia La Paz para entregarle la carta de renuncia para que él solo la firme y que no se iría de ahí hasta que Evo renuncie. Efectivamente, llegó hasta La Paz y el gobierno garantizó su llegada. Se insuflaron los ánimos, pero no pasó a mayores.

¿El por qué de la caída de Evo Morales?

El detonante para la caída de Evo fue un motín policial en un cuartel de Cochabamba, que más que contra Evo era una disputa por la dirección de ese cuartel entre los altos mandos y por aprovechar la situación para exigir a Evo mejoras para la policía.

Esto fue aprovechado por la derecha y la oposición en general para llamar a los demás policías y militares para que hagan lo mismo. Acudieron a incitar a los cuarteles para que se amotinen. Comenzaron a circular informaciones de que ciertos cuarteles se habían amotinado, pero en realidad era solo el de Cochabamba.

En los cuarteles había un repliegue o acuartelamiento, lo que era una posición intermedia hasta ver cómo se sucedían los episodios. En todo caso, Evo ya no contaba con el sostén total de las fuerzas represivas del Estado.

Pero lo que derramó el vaso y que fue el golpe final, fue la pelea en Potosí entre grupos sindicales e indígenas que se habían distanciado desde hace mucho tiempo, entre su apoyo y su cuestionamiento a Evo.

Los contrarios a Evo, y también a la derecha, lanzaron ataques hacia las viviendas de algunos dirigentes importantes del partido de gobierno, quemando sus casas y tomando prisioneros a familiares hasta que renuncien a sus cargos, como por ejemplo, el Presidente de la Cámara de Diputados y el Ministro de Minería.

Esto, obviamente obligó a que renuncien a sus cargos para proteger la vida de sus familiares y de los bienes que quedaban, o de que a otros miembros del MAS les suceda lo mismo si no renunciaban. Lo mismo hicieron con la casa de la hermana de Evo, por lo que comenzó una cadena de renuncias.

El rol de la OEA

Evo Morales había aceptado la intervención de la OEA y señaló que si se encontraban irregularidades convocaría a nuevas elecciones. La derecha no aceptó la mediación de la OEA y decía que estaba vendida y que había pactado con Evo.

Ante los acontecimientos graves que se habían dado, la OEA con el ánimo de calmar la situación presentó su informe antes de lo previsto, señalando que Evo no podía haber ganado con el 10%, que había irregularidades, pero sin señalar que hubo fraude.

Evo aceptó el informe y convocó al diálogo a los 4 partidos que habían ganado las elecciones, pero la derecha no aceptó. Y como las protestas aumentaban, Evo decidió convocar a nuevas elecciones y a la conformación de un nuevo tribunal electoral.

Pero esto no calmó la situación, como lo esperaban la OEA y Evo. Por el contrario, la oposición justificó su tesis de que hubo un fraude y esa fue su arma principal de lucha. La derecha ahora sí valoraba a la OEA y exigían acciones legales ante el fraude producido. Ahí, el ejército y la policía le quitó todo el respaldo a Evo y tuvo que renunciar obligado.

Es eso, ¿golpe de estado? ¿revuelta popular? Yo creo que es una revuelta popular que ha provocado un golpe de estado o la ruptura del orden constitucional.

La derecha en su oportunismo, en primera instancia pedía segunda vuelta electoral, luego nuevas elecciones, luego la renuncia de Evo, ahora la cárcel para él. Se ha empezado una revancha extrema. El pueblo boliviano es un pueblo vengativo, y va a querer cobrarse todos los abusos, autoritarismos, divisiones de los movimientos sociales, etc.

Ya saquearon la casa de Evo de Cochabamba, quieren que vaya preso, una vez preso intentarán asesinarlo, quitarle todos los bienes que tenga, crear una historia de desprestigio total.

Hay un odio terrible, de parte y parte, la venganza del otro lado parece que se va a dar. Han habido saqueos, ataques entre grupos violentos, los delincuentes que aprovechan, una guerra psicológica por redes sociales, un caos general.

Han quemado la casa de Waldo Albarracín el rector de la UMSA, la principal universidad pública de Bolivia, y acérrimo enemigo de Evo. Universidad que contribuyó con su canal de televisión a insuflar la protesta, muchos más que los canales privados que se mantuvieron más o menos neutrales.

Los movimientos sociales divididos

En síntesis, todo le salió mal a Evo, se equivocó en sus acciones de resistencia. Pero principalmente las disputas al interior de la izquierda y de los movimientos sociales, le ha costado su caída. No fue tanto la acción de la derecha, sino las disputas entre los sectores populares lo que le ha costado caro.

El haber dividido a los movimientos sociales le ha llevado a su caída estrepitosa, de lo cual se ha aprovechado la derecha, y que a la final va a aparecer como la triunfadora de la caída, y principalmente, la que va capitalizar todo el descontento en las elecciones que se avecinan, luego de la renuncia de Evo.

El pueblo no tiene candidato, la derecha fracasada y el partido de Evo que también ha fracasado políticamente, pues económicamente ha hecho la mejor gestión entre los distintos gobiernos de derecha e izquierda en América Latina, son los que competirán en las elecciones que se avecinan, pero el pueblo ingenuo votará por Mesa, es decir, contra Evo y no necesariamente por la derecha.

Y posiblemente se repetirá la historia de algunos países, en que luego del fracaso de los progres, retoman el poder los neoliberales, y ahora nuevamente están regresando los progres.

El pueblo pone los muertos, sean simpatizantes de la derecha o la izquierda, mientras los ricos no se manchan las manos, la derecha máximo arenga, y deja que el pueblo se pelee y mate.

El oportunismo de la derecha y la miopía de la izquierda

Ahora ganará la derecha, y luego de un tiempo nuevamente el pueblo se levantará contra la derecha. Y así la historia de Bolivia, de América Latina, y de todos los países dependientes, que no pueden salir del binarismo: derecha-izquierda.

Solo son carne de cañón para que se maten entre ellos, mientras los ricos y las transnacionales se siguen haciendo más ricos con estas guerras, conflictos, disputas.

Ellos son los que siempre salen ganado, nunca pierden, así gane la presidencia un gobierno de izquierda. Es más, en estos gobiernos se han enriquecido más que en los propios gobiernos de la derecha. Los progres administran mejor el capitalismo que los neoliberales, qué ironía, pero la derecha no se contenta con no dirigirlo todo.

Buscarán aprender, pero como nunca se contentan con lo que ganan, concentrarán más la riqueza, poniendo en jaque al sistema. Luego el pueblo se levanta, aparece la izquierda, ajusta la situación, los pobres están un poco mejor, el capitalismo vuelve a renacer. Y así el circulo vicioso, y el pueblo solo está un poco más o un poco menos pobre, pero siempre pobre.

Cuando ganó Evo, muchos lloraron de que por primera vez llegue al gobierno alguien del pueblo y de los indígenas. Generó muchas expectativas, pero hubo muchas decepciones.

A la final, era más lo positivo que lo negativo que hizo, pero su afán de perennizarse le ha costado su caída. A esto se añade la quema de la amazonía que le restaron aún más simpatizantes. Si no hubiera buscado la reelección, habría salido por la puerta grande y hasta podría haber regresado luego en otro periodo, pero al parecer es su caída definitiva. Ahora, muchos lloran con este final.

Que lástima, la ambición de poder que tienen algunos les ha costado la caída, y el que paga los platos rotos siempre es el pueblo pobre.

A la final, el aforismo de que nadie sabe para quién trabaja se cumple. El pueblo, la izquierda, los movimientos populares han trabajado contra Evo, pero la derecha retomará el poder, y todo seguirá igual para el pueblo.

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