Ha pasado un año desde el referéndum truncado del 1 de octubre de 2017 o el 1-O y mucha agua ha pasado debajo del puente. Y aunque con cambio de gobierno, tanto en Cataluña como en España, las cosas no parecen enfriarse tanto.
Fotografía: Patricio Realpe
Fotografía: Ramón Costa
En primer lugar, hay que mencionar que la situación de los presos políticos no ha cambiado y luego de casi 11 meses siguen sin poder ejercer cargos políticos por los presuntos delitos de sedición, desobediencia, malversación y rebelión, al convocar el referéndum. Asimismo, Carles Puigdemont y otros procesados sigue fuera del país y ha logrado mantenerse fuera del alcance de los jueces españoles, que incluso han tenido roces fuertes con sus pares en Bélgica y Alemania (1). Estos reveses han hecho pasar vergüenza al sistema jurídico español, tanto dentro de España como en la Unión Europea: políticos presos por llevar a cabo un referéndum no vinculante, que además aún no tienen sentencia en firme, acusados de delitos que no se sostienen en el resto de los países de la UE (2).
En el ínterin, se celebraron elecciones en Catalunya, las cuales dieron una pequeña ventaja al independentismo, que sin embargo tuvo que maniobrar para formar gobierno. Nuevamente, el sistema judicial español se imponía sobre los nombres de los posibles presidentes del gobierno catalán. A la par, los presos políticos que participaron en las elecciones fueron impedidos de tomar posesión de sus cargos, e impedidos de delegar sus votos. Finalmente, Quim Torra logró tomar posesión como presidente del gobierno catalán, con una posición que no da marcha atrás con el procés. Apenas unas semanas después, ocurrió el cambio de gobierno en España con la dimisión de Rajoy y la asunción de Sánchez. Este hecho debería representar un cambio de rumbo en las tensiones sobre el asunto catalán. Sin embargo, Sánchez ha actuado con tibieza sin levantar definitivamente el artículo 155 aplicado por Rajoy, sí sin dar señales sobre una solución definitiva. Al contrario, parece ser que se empantana un poco más la situación dado que Sánchez tiene como prioridad mantenerse en el cargo, y consolidarse dentro de su partido esperando los resultados de las elecciones autonómicas en Andalucía.
Fotografía: Ramón Costa
Fotografía: Ramón Costa
Finalmente, en las calles de Catalunya los actores políticos, tanto del independentismo como del nacionalismo español, movilizan a sus simpatizantes ya que esto significa rédito político. Ciudadanos, con Albert Rivera e Inés Arrimadas a la cabeza, han dado paseos retirando listones amarillos de algunos barrios de Barcelona frente a las cámaras de televisión, en clara actitud provocadora en un momento donde su partido no aparecía en noticias ni titulares. Por el otro lado, en el aniversario del 1 de octubre, los manifestantes a favor del referéndum fueron violentados y agredidos por los Mossos d’Esquadra, aunque no se pueda decir que la manifestación era completamente pacífica.
Después de un año del referéndum del 1 de octubre, el procés sigue sin llegar a destino, y el problema catalán sigue sin resolverse. Este ha sido un año de transición. Lo más prudente para los actores políticos es enfriar las tensiones y esperar a que la situación en España sea más estable y que exista un buen clima de negociación para la liberación de los presos políticos y para un referéndum pactado. Sin embargo, la política del corto plazo seguirá primando sobre la sensatez y no parecen haber cambios en el horizonte.
Referencias:
1.- https://www.20minutos.es/graficos/donde-estan-los-28-del-proces-239/0/
Fotografía: Patricio Realpe
Fotografía: Patricio Realpe
