Written by: Destacadas Opinión Política

LA SEGURIDAD SOCIAL ECUATORIANA

Henry Izurieta

La seguridad social ecuatoriana aporta múltiples beneficios, pero tiene múltiples deficiencias. El debate nacional sobre la seguridad social actualmente se centra en la urgencia de dotarle de sostenibilidad sobre todo al seguro de pensiones. Pero se deja de lado el derecho a recibir seguridad social. La seguridad social es un derecho humano.

Un Estado que se desentiende de la seguridad social

El Estado ecuatoriano tiene como responsabilidad constitucional entregar seguridad social a todos sus habitantes, independientemente de su condición laboral. Paradójicamente, no empeña sus esfuerzos en buscar la manera de concretarla; sino en todo lo contrario, en buscar la forma de no entregar recursos y, consecuentemente, reducir el acceso a la seguridad social.

La principal justificación que tienen los sucesivos gobiernos ecuatorianos es la falta de recursos económicos que puedan cubrir el derecho a la seguridad social; que, según estudios que se han realizado, es creciente y atentaría contra el desenvolvimiento de la economía del gobierno y del país.  Concretamente, el pago del 40% de aporte gubernamental a las pensiones jubilares, dicen los entendidos, se vuelve insostenible y hay que encontrarle solución.  La solución que encuentran es reducir este aporte o, mejor, eliminarlo.  La consecuencia lógica será que las pensiones jubilares también se reducirán. Las pensiones ya no cubrirán los gastos que los jubilados deben realizar.

Por otro lado, la propia tendencia de la economía ecuatoriana que no acaba de superar sus problemas; la incidencia de los desarrollos tecnológicos que configuran un ambiente económico poco propicio para la generación de empleo, deviene en que apenas el 30% de la población económicamente activa está afiliada al IESS, con pocas esperanzas de que eso se supere; quedando por fuera del ejercicio del derecho a la seguridad social una enorme mayoría del 70%. Frente a lo cual el Estado ecuatoriano simplemente asume la posición de espectador, lo constata, pero no hace esfuerzos por solucionar.  No existe política pública que enfrente el problema de la baja afiliación.

Se puede concluir, entonces, que el Estado ecuatoriano está empeñado en resolver su problema de escasez de recursos a costa de desentenderse de los problemas sociales.

En esas condiciones, el Estado no representa los intereses de quienes se esfuerzan trabajando.

La importancia de estar afiliado al IESS

La atención que entrega el IESS es en las épocas difíciles. Cuando las personas más lo necesitamos.  Una mujer embarazada, por ejemplo, tiene necesidad de atención especial tanto en época de gestación, los días de dar a luz y el puerperio. En cada una de estas etapas el seguro de salud cubre con atención médica sin costos adicionales, incluyendo las medicinas. Además, el niño recibe atención desde su gestación hasta los 18 años de edad. Todo esto a condición de permanecer afiliada.

Cuando la persona llega a la época de su vida en que sus fuerzas se agotan, los años se han acumulado, necesita descanso. Es cuando también debe llegar el apoyo de la sociedad y de su propio esfuerzo a lo largo de su vida laboral, mediante la entrega de la pensión jubilar; que es un valor mensual que pretende reemplazar los valores que en condiciones laborales el trabajador recibe como sueldo. En condiciones normales, quien ha trabajado por 30 años y tiene 60 años de edad tiene derecho, si está afiliado, a recibir una pensión jubilar por el resto de su vida. Actualmente, con la escasez de trabajo, y con importantes sectores de población joven en el desempleo; la pensión jubilar de padres y abuelos contribuye en forma importante al sostenimiento de la familia.

Un accidente, laboral o no, pone en condiciones difíciles a la persona que lo sufre; pasa por la necesidad de atención médica hasta el pago de honorarios, aunque por efectos del accidente no esté trabajando.  Si esta persona está afiliado tiene cubiertas estas situaciones a través de las prestaciones que ofrece el IESS.

Perder el empleo es una situación cada vez más común entre quienes trabajan. El IESS le entrega un porcentaje del salario que percibía por varios meses, a condición de haber sido despedido o culminado su contrato de trabajo.

Todos los afiliados al IESS tienen derecho a recibir créditos del BIESS que, en el caso de préstamos hipotecarios, contempla la posibilidad de comprar una vivienda sin necesidad de un aporte económico inicial.

Pudiendo no estar incluidas todas las contingencias que atraviesa una persona; lo cierto es que recibir atención médica, medicinas, pensiones, apoyo económico, créditos constituyen un aporte muy importante que recibe una persona para superar los momentos difíciles de su vida.

Vale decir, estar afiliado al IESS me puede salvar la vida.

Las deficiencias del IESS

Los beneficios que pueden percibir los afiliados al IESS están limitados por diversas razones.  Las legales tienen que ver con las condiciones que el afiliado debe cumplir para recibir las prestaciones; que normalmente se limitan a que esté trabajando o sea jubilado.

Pero existen otras deficiencias que son rechazadas por toda la sociedad y sirven para desprestigiar al IESS; y de base para conducir a la opinión pública hacia la posición de que es preferible que esta institución no exista; o que pase a ser administrado por el sector privado, que, supuestamente, es eficiente.

Lo cierto es que un asegurado que pida cita para recibir atención médica ya sea acudiendo a una dependencia del IESS o mediante las aplicaciones móviles normalmente obtendrá citas luego de semanas o incluso meses. Obtenida la cita médica la queja va por la calidad de la atención. Desde la enfermera hasta el médico con poca predisposición a establecer una relación cordial, empática con el paciente.  A veces por exceso de trabajo, otras porque están involucrados en redes de corrupción que derivan al paciente a centro médicos privados; donde la calidad de atención se incrementa dramáticamente.

La deficiencia continúa con la provisión de medicinas que el paciente no encuentra en las farmacias de los dispensarios u hospitales del IESS; lo cual lo obliga, si quiere recuperar su salud, a comprarla de su propio bolsillo.  El denominado gasto de bolsillo en medicinas en Ecuador es de los más altos de la región.

Sin embargo, las cuentas contables y las declaraciones de las autoridades del IESS dan cuenta de millones de dólares invertidos en compra de medicinas que no llegan a los pacientes. Esto es ejemplo de una de las principales deficiencias que tiene sobre todo el Seguro de Salud; donde la corrupción campea, al punto que se han identificado mafias que funcionan al interior y controlan hospitales.

Existen otras deficiencias que son poco visibles, como la eficiencia en los sistemas administrativos; la reducida capacidad de decisión de ciertas autoridades, la incidencia política maliciosa en el Consejo Directivo y la dirección nacional, el escaso compromiso con la institución de parte de los funcionarios del IESS. 

Muchas deficiencias, pero todas solucionables.

Solucionar el problema del funcionamiento del IESS

Como dicen muchos afiliados, el IESS es la caja chica de los gobiernos; lo que ha generado toda una forma de relacionamiento entre el Estado y el IESS.  No cabe duda, el peso que el gobierno tiene en la conducción de esta institución es exagerado lo que lleva a tomar decisiones que benefician al gobierno y perjudican al IESS.  El ejemplo más claro fue el intento que un presidente del Consejo Directivo del IESS hizo de borrar de los registros contables del IESS la deuda en salud que tiene el gobierno; cumpliendo la disposición del presidente de la república de ese entonces.  Cumplió las expectativas del presidente, pero no las del ejercicio de su responsabilidad al ser cabeza de la seguridad social.

Para determinar cuanto, cuando y quienes han sido los que han perjudicado a la institución de los trabajadores hace falta la realización de una auditoría integral que permita determinar, por ejemplo, la conveniencia de las derivaciones médicas en condiciones en que existe capacidad de atención propia.

La auditoría en el Seguro de Salud debe ser más profunda. Y ello para determinar los cambios administrativos que sea necesario aplicar para que conceptos importantes como la medicina preventiva se lleven a la práctica; evitando que importante cantidad de dinero se gaste curando a los pacientes, cuando es preferible tener un nivel de relacionamiento con el afiliado para evitar que se enferme.

Es indispensable retomar los procesos de inspección que permitan obligar a patronos y trabajadores afiliarse al IESS para concretar su derecho y ampliar la cobertura.

Las propiedades del IESS están regadas por todo el país y las autoridades no quieren publicar el detalle de las mismas para que los asegurados conozcan y propongan salidas a muchas de ellas que benefician a quienes las administran, pero que no entregan réditos a la institución.

El BIESS debería funcionar de mejor manera; comenzando por presentar balances auditados; solucionar el problema social que significa los préstamos hipotecarios que han caído en mora para lo cual, como gran hallazgo, la salida que encuentran es el juicio coactivo, dejando en crisis a miles de familias de afiliados.

Los asegurados desde hace décadas vienen planteando salidas a los problemas, pero no son escuchados.

Elección de autoridades

En última instancia quienes dirigen una institución son los que imprimen su sello y la llevan en la dirección que a bien tengan.  Más allá de las disposiciones legales que deban cumplir.

Esto también sucede en el IESS, donde las autoridades que lo han dirigido por omisión o por culpa, lo han llevado a la actual situación.

Es un proceso muy importante elegir quienes dirijan al IESS, los desacuerdos van desde por quienes deben dirigirlo hasta por el proceso de elegirlos.

Actualmente el IESS tiene un Consejo Directivo conformado por tres miembros, cada uno representante de: asegurados, empleadores y gobierno.  Una conformación tripartita e igualitaria.  Tres sectores, cada uno con igual representación en número que el otro.  Pero hay sectores, especialmente de trabajadores, que sostienen que el IESS es de los trabajadores, por tanto solo ellos deberían dirigirlo.  Otros piensan que no debería ser igualitario, reconocen la condición de tripartito pero dotan a los trabajadores de mayoría en la conformación del Consejo Directivo.

Por otro lado la forma de elección es otro tema de desacuerdos ya que unos piensan que el proceso debe ser totalmente amplio, que convoque a la participación en las urnas de todos los afiliados y jubilados, mientras otros prefieren que sean las organizaciones se pongan de acuerdo.  Otros más sostienen que los problemas del IESS deberían discutirse en un Congreso a donde sus miembros lleguen por votación de los asegurados y que de ese congreso se elijan a las autoridades que conformen el Consejo Directivo.

Unos dicen que quien integre el Consejo Directivo debe ser un PhD, con formación en las más altas formas de dirección, con conocimientos profundos en seguridad social, que en Ecuador no existe.  Pero otros sostienen que eso es atentar al derecho a la libertad de ser electos, además que esa alta formación generalmente se orienta a la aplicación del neoliberalismo.  Por ello prefieren proponer que quien desee ser autoridad cumpla con un proceso de formación en seguridad social de unos seis meses en el propio IESS que le permita enterarse de primera mano de la situación, y con ese conocimiento, se presente a elecciones.

Todo esto es importante analizar debido a que en estos días se está llevando a cabo un proceso electoral en función de recientes cambios en el mecanismo de elección, pero también porque no menos de tres proyectos de ley se discuten en la Asamblea Nacional que, según sus autores, resuelven el problema de la conformación del Consejo Directivo del IESS.

Sin afectar derechos

El debate nacional sobre la seguridad social ecuatoriana actualmente se centra en la urgencia de dotarle de sostenibilidad sobre todo al seguro de pensiones. Pero se deja de lado el derecho a recibir seguridad social.

El presidente Lasso conformó una comisión para que proponga salidas al problema de la sostenibilidad financiera del seguro de pensiones. En principio esa comisión ha hecho público que el incremento de edad de jubilación no será parte de sus propuestas. Pero ha dejado en claro que otros parámetros del proceso que se sigue para determinar el monto de las pensiones serán revisados; lo que deja en claro que igualmente serán afectados los derechos de los asegurados, en un proceso que bien podría comenzar luego de un tiempo para dilatar las afectaciones y, con ello, también la reacción social.

En cambio por el lado de los trabajadores se está “cocinando” una propuesta que pretende encaminarse en lo que denominan “la seguridad social que los ecuatorianos nos merecemos”; que no es más que una serie de propuestas que vuelvan una realidad lo que la declaración de los derechos humanos plantea en su artículo 22: La seguridad social es un derecho humano.

Los trabajadores para resolver el problema de la sostenibilidad financiera plantean la creación del FONSSE, el Fondo de la Seguridad Social Ecuatoriana; que se capitalizaría por unos veinte años acumulando recursos para enfrentar el problema de la falta de dinero para enfrentar el pago de pensiones jubilares.

Luego de transcurrido el período de capitalización  el FONSSE entregaría recursos cada cinco años, con ellos los seguros del IESS podrían superar sus deficiencias financieras y lograr que la seguridad social llegue a mas sectores sociales.

El FONSSE podría convertirse en el motor del desarrollo del Ecuador.

Texto de Henry Izurieta, experto en seguridad social

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